Hubo un tiempo en el que pensé que los actores eran, lo más. Casi todos en algún momento hemos pensado que sería bueno ser uno de esos actores, por cómo viven, cómo viajan, cómo se visten, y en muchas ocasiones por las compañías que tienen cerca, casi podría asegurar de que nos pondríamos un pelín envidiosos, de no ser ellos.

En una ocasión, un actor muy cool, hizo una presentación en un teatro de acá de mi ciudad, me dejó maravillada por su actuación, estaba tan dentro del personaje que pude identificar las emociones como mías, y ahí fue donde lo coloque más arriba del Olimpo.

Aun emocionada por todo lo vividos en esa obra, en el famoso bar del teatro, festejamos un triunfo ficticio. El contagio del éxito vivido en este teatro lo llevábamos en el cuerpo, todo eso hay que vivirlo pensamos.

Para mi sorpresa, se escuchaba en unas conversaciones no tan secretas.

Me desconozco, ya no distingo del papel que estoy representando a mí yo más primitivo.

Me gire con sumo cuidado para descubrir de donde procedían tales palabras.

Con asombro de donde procedían las palabras me dejaron completamente rota por semejante realidad.

Sale de mi boca, lo que mi corazón piensa. Triste ha de ser cuando no distingues su identidad.

En ese momento, vi, cómo siendo él consciente, vio su perdición en el rol personal.

Jugar a ser quien quieres ser, en cada momento del día puede hacer que te olvides de cuál es tu esencia pura.

¿Con cuántas máscaras podemos vivir?

Recuerdo cada palabra de él, cuándo dijo. Estoy cansado de estar perdido.

Me hizo reflexionar.

¿Cuántos de nosotros nos colocamos esas caretas para interpretar un papel en alguna circunstancia?

¿Cuántas veces repetimos ese papel haciéndolo muy familiar?

¿Cuántos hacemos de ese papel, tan nuestro, tanto, que olvidamos dejarlo luego sobre la mesita de noche?

¿En algún momento podremos recordar, que solo fue una herramienta más, para un propósito u objetivo concreto?

Me sorprendí, y mucho, lo inteligente que era ese personaje. Eso creía yo, lo idealicé, dentro de su papel, creyendo que le pertenecía como propio.

Aun sabiendo que su pasión podía destruirlo, el, seguía auto descubriéndose de alguna manera, supongo que eso motiva.

Yo pregunto: ¿Cuándo tenemos situaciones en las que interpretar un papel puede llegar hacernos daño?

¿Cuándo, de forma repetida podemos hacer que nos olvidemos del, para qué, de ese personaje del que nos hemos servido?

Lo más triste a mi parecer, nos olvidamos de ser fieles a nosotros mismos y no afrontamos la situación como nosotros somos, sino que, nos adaptamos a quien tenemos delante o con las circunstancias a trabajar.

Hubo un lugar, donde aprendí que, hay que moverse de forma elocuente.

El término más usado allí es; Políticamente correcto.

¿Sorprendentes palabras, no es cierto?

Si analizamos un poco la breve y confusa frase en este contexto que quiero dar, yo lo explicaría de este modo.

Si me conformo con ser correcta con mis acciones en las situaciones que realmente he de ser elocuente, mis palabras podrían ser muy hirientes a los oídos de los afectados, pues se convertirían en víctimas potenciales.

Para escapar del papel que hemos interpretado tan fácilmente para agradar a otros, hemos roto nuestra esencia. Y que otra persona muy ajena a ti pueda soltarte la realidad tan pura, eso, querido amigo, pica.

En una canción dice así, que le pasará a tu espejo que no ve lo que yo veo.

 

 

He dejado de ser actriz, he dejado de interpretar papeles que no me agradan, he dejado de mirarme en el espejo ajeno.

 

¿Estás dispuesto a conocerte?

 

Es una decisión importante, pues el único involucrado en esta historia eres tú. La decisión de ser honesto, fiel, y coherente en tu esencia la tomas siempre en presente y de forma que te afecta directamente a ti, seas consciente o inconscientemente.

Yo personalmente siempre elijo conocerme, pues incluso en las situaciones que me molestan he llegado a conocerme por la manera de actuar. Mis creencias me han llevado hacia donde hoy estoy. ¿Crees que tú necesitas conocerte? ¿Crees que has dejado tu esencia por el camino de la vida? ¿Deseas conocer a la persona que ves cada mañana reflejada en el espejo? Y por si queda duda. ¿Te conoces?.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *